The readings this Sunday focuses on living with honesty and faithfulness. It calls us to put God above money and what we do have to use to serve others. Wealth and possessions are not bad, but they should never control us. God wants be asking for peace and guidance in the world.

Faithful living means being honest in small things, using our resources wisely, and choosing God first. Through our choices others will see where our loyalty truly is, because we are invited to live with integrity and kindness every day. Our choices should reflect our Catholic Faith and not what other people tell us is the truth of what Jesus teaches. Jesus was placed upon that Cross, and no other human should be put on a higher pedestal than Jesus. God sees how we treat the poor and the weak and our families.

Today's readings are a warning those who cheat the poor that God will not forget their actions. In the Gospel Jesus teaches us that we cannot serve both God and money, nor God and other gods. We need to look at our choices and we need to place God first in all things, even above all other people no matter how great we think they are. We are reminded in the second reading to pray, for everyone, not adore them, including those that lead us, because God wants everyone saved. This week's readings are challenging us to use our talents and possessions wisely for God's kingdom.

Earthly goods are tools for doing good and helping others. Real security comes from love and community, not money or material success. and relationships often thrive where survival depends on mutual care. We are encouraged to choose love and connection over wealth, as these are the lasting treasures Jesus calls us to seek. Everything we have is entrusted to us by God, and we are called to use it to serve others and to show mercy. We need to align our lives more closely with God's ways. By caring for the poor, praying for others, and being faithful stewards of what we have.

Let us take these lessons to heart and strive to live each day with justice, generosity, and love for other.

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Vida fiel y verdaderas Riquezas

Las lecturas de este domingo se centran en vivir con honestidad y fidelidad. Nos llaman a poner a Dios por encima del dinero y de lo que tenemos para servir a los demás. La riqueza y las posesiones no son malas, pero nunca deben controlarnos. Dios quiere que actuemos con justicia, cuidemos de los pobres y vivamos de una manera que refleje su amor. También escuchamos sobre la oración y la confianza, y que debemos orar por todos, incluidos los líderes, y pedir paz y guía en el mundo.

Vivir con fidelidad significa ser honestos en las cosas pequeñas, usar nuestros recursos sabiamente y elegir a Dios primero. A través de nuestras decisiones, otros verán dónde está realmente nuestra lealtad, porque estamos invitados a vivir con integridad y bondad todos los días. Nuestras decisiones deben reflejar nuestra fe católica y no lo que otros nos dicen que es la verdad de las enseñanzas de Jesús. Jesús fue colocado en esa cruz, y ningún otro ser humano debe ser puesto en un pedestal más alto que él. Dios ve cómo tratamos a los pobres, a los débiles y a nuestras familias.

Las lecturas de hoy son una advertencia para quienes engañan a los pobres: Dios no olvidará sus acciones. En el Evangelio, Jesús nos enseña que no podemos servir a Dios y al dinero, ni a Dios y a otros dioses. Necesitamos analizar nuestras decisiones y poner a Dios en primer lugar en todo, incluso por encima de todas las demás personas, por muy importantes que creamos que sean. La segunda lectura nos recuerda que debemos orar por todos, no adorarlos, incluyendo a quienes nos guían, porque Dios quiere que todos se salven. Las lecturas de esta semana nos desafían a usar nuestros talentos y posesiones sabiamente para el reino de Dios.

Los bienes terrenales son herramientas para hacer el bien y ayudar a los demás. La verdadera seguridad proviene del amor y la comunidad, no del dinero ni del éxito material. Y las relaciones a menudo prosperan cuando la supervivencia depende del cuidado mutuo. Se nos anima a elegir el amor y la conexión por encima de la riqueza, ya que estos son los tesoros perdurables que Jesús nos llama a buscar. Todo lo que tenemos nos ha sido confiado por Dios, y estamos llamados a usarlo para servir a los demás y mostrar misericordia. Necesitamos alinear nuestras vidas más estrechamente con los caminos de Dios, cuidando a los pobres, orando por los demás y siendo fieles administradores de lo que tenemos.

Tomemos estas lecciones en serio y esforcémonos por vivir cada día con justicia, generosidad y amor hacia los demás. (PC)

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