This Sunday we learn about God’s relationship with Abram, whom God later renames “Abraham”. Their relationship is one of prayer and God enters a covenant with Abram. Through this covenant, God and Abram make promises about how they would act towards each other. They have a relationship with spiritual and moral dimensions. When we were baptized, we entered into a covenant with God, even if we were infants, so that we can enjoy His life eternally in Heaven. God gives us the strength through prayer and the sacraments to live up to our end of the deal.

Why through prayer? You might describe prayer as “communication” with God. Real communication, whether a relationship with God or a friend, involves both listening and speaking. When only one person speaks there is no true communication. When we listen to God, we experience the Trinity, and God’s light shines through the darkness that is in us. Through this light those around us experience God by meeting Him in us, in our actions, in our compassion and in our forgiveness of others. This is evangelization! Lent is a time of asking God to shed His light into our areas of darkness, and we know that the pain of Good Friday is always followed by the victory of Easter. Life is a journey filled with moments of struggle, doubt, and uncertainty. In our fast-paced world, we are often too busy to pause and be in God’s presence. We get caught up in responsibilities, distractions, and worries, forgetting that what we truly need is to spend time with Him. Jesus took His disciples up the mountain to pray, showing us that prayer and communion with God are essential in our spiritual journey. We need to make time to be alone with God to hear His voice and not the noise of the world. Listen to Him, trust in His words and obey His commands. When we truly see Jesus for who He is, our lives will never be the same.

Make the most of the rest of Lent. Did you give up something you enjoy for Lent just to see if you can truly suffer for the Forty Days of Lent and then enjoy it once again after Lent? Why not instead make a change in your life, something that will stay with you for the rest of your life? Why not spend some extra time with Jesus and pray especially for those people that you find hard to get along with or better still why not try to be twice as nice to them? You might find that being kinder can be true suffering.

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La luz de Dios: Oración y evangelización en Cuaresma

Este domingo aprendemos sobre la relación de Dios con Abram, a quien más tarde Dios rebautiza como "Abraham". Su relación se basa en la oración, y Dios establece un pacto con Abram. Mediante este pacto, Dios y Abram se prometen cómo se comportarían el uno con el otro. Tienen una relación con dimensiones espirituales y morales. Cuando nos bautizamos, hicimos un pacto con Dios, incluso siendo bebés, para poder disfrutar de su vida eterna en el Cielo. Dios nos da la fuerza mediante la oración y los sacramentos para cumplir con nuestra parte del trato.

¿Por qué mediante la oración? Podríamos describir la oración como "comunicación" con Dios. La verdadera comunicación, ya sea una relación con Dios o con un amigo, implica escuchar y hablar. Cuando solo una persona habla, no hay verdadera comunicación. Cuando escuchamos a Dios, experimentamos la Trinidad, y la luz de Dios brilla a través de la oscuridad que hay en nosotros. A través de esta luz, quienes nos rodean experimentan a Dios al encontrarlo en nosotros, en nuestras acciones, en nuestra compasión y en nuestro perdón a los demás. ¡Esto es evangelización! La Cuaresma es un tiempo para pedirle a Dios que ilumine nuestras zonas de oscuridad, y sabemos que al dolor del Viernes Santo siempre le sigue la victoria de la Pascua. La vida es un camino lleno de momentos de lucha, duda e incertidumbre. En nuestro mundo acelerado, a menudo estamos demasiado ocupados para detenernos y estar en la presencia de Dios. Nos dejamos llevar por responsabilidades, distracciones y preocupaciones, olvidando que lo que realmente necesitamos es pasar tiempo con Él. Jesús llevó a sus discípulos a la montaña a orar, mostrándonos que la oración y la comunión con Dios son esenciales en nuestro camino espiritual. Necesitamos dedicar tiempo a estar a solas con Dios para escuchar su voz y no el ruido del mundo. Escúchalo, confía en su palabra y obedece sus mandatos. Cuando realmente veamos a Jesús tal como es, nuestras vidas nunca volverán a ser las mismas.

Aprovecha al máximo el resto de la Cuaresma. ¿Renunciaste a algo que disfrutabas durante la Cuaresma solo para ver si realmente podías sufrir durante los cuarenta días de Cuaresma y luego disfrutarlo de nuevo después? ¿Por qué no, en cambio, hacer un cambio en tu vida, algo que te acompañará el resto de tu vida? ¿Por qué no pasar más tiempo con Jesús y orar especialmente por aquellas personas con las que te cuesta llevarte bien, o mejor aún, por qué no intentar ser el doble de amable con ellas? Quizás descubras que ser más amable puede ser un verdadero sufrimiento.

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