The story of Martha and Mary is a story ripened with time, that moves us to contemplate the depths and dimensions of our relationship with God.

Jesus in his public ministry is all about connection and choosing the better part of things. We find ourselves also caught in the balance of being aware of our choices and what consumes us. What draws us closer to God and what are the things that take us from God. People often spend time doing a lot of stuff being busy for the sake of busy.

People also spend a lot of time accomplishing absolutely nothing, wasting time, precious time. Time is a funny thing. We are always trying to beat it, or save it, manage it, take a little of it, or take a lot of it. Time is invisible yet we see its passage. People spend time spinning the wheels of their head, worrying, fearful, angry. They spend enormous amounts of time complaining, being pessimistic, self-sabotaging, Jesus basically tells Martha and Mary stop the useless quarreling, quit bickering and get focused on what really matters. Break the cycle of spiraling down the drain.

If it does not matter a year from now it probably is not something we should spend much time fretting over. Get over it and move on to where the Lord wants us to be. Mary shows us to go where we are fed to God Himself. He is the only wellspring that brings us into the abundant life. He says, “Mary has chosen the better part”. Indeed, she has. Mary, who is not focused on the chores like Martha, gazes upon the Lord holding on to his every word. Apparently, Jesus makes it clear what is necessary, and no matter what, we must choose wisely. Martha learned the hard way, she got the work done but grew in her heart anger, resentment, and angst instead, are far cry from the place Mary enjoyed and where God calls us to be. Sometimes in life we just have to let people figure things out for themselves, by their own mistakes.

Mary did just that with her sister. We must let them be, let them be mad, let them wrestle with what is inside of them. Yes, we must get our work done, we must take care of our responsibilities, but we must always keep our love of the Lord in check and sometimes find ourselves enveloped in his loving presence so to balance being in the world with not being of it. It is so easy to be absorbed into the wrong things, in the moment, but yet it is the reality of our human condition.

Poor Martha teaches us a great lesson in that our chores are not redemptive, but sitting near the Lord with our troubles is the best place to be, and it’s okay to get around to those chores as long as we do. Instead of complaining go to confession, instead of carrying malice go to confession, instead of gossiping go to confession, instead of holding a grudge go to confession, instead of being divisive go to confession, instead of lacking charity go to confession.

You see the remedy is always sitting by the Lord’s side, like Mary who has chosen the better part she is at peace by his side, she is no longer concerned about that which does not matter, only the words of Jesus which are the words of everlasting life and are what really matter. Fr. Michael

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Lo que realmente importa

La historia de Marta y María es una historia madurada por el tiempo, que nos impulsa a contemplar la profundidad y las dimensiones de nuestra relación con Dios.

En su ministerio público, Jesús se centra en la conexión y en elegir lo mejor de las cosas. Nosotros también nos encontramos atrapados en el equilibrio entre ser conscientes de nuestras decisiones y de lo que nos consume: qué nos acerca a Dios y qué nos aleja de Él. A menudo, las personas dedican tiempo a hacer muchas cosas, estando ocupadas por el simple hecho de estar ocupadas.

También dedican mucho tiempo a no lograr absolutamente nada, a perder tiempo, un tiempo precioso. El tiempo es curioso. Siempre intentamos ganarle, ahorrarlo, administrarlo, aprovecharlo en pequeñas cantidades o aprovecharlo en gran medida. El tiempo es invisible, pero vemos su paso. Las personas pasan el tiempo dándole vueltas a la cabeza, preocupándose, temerosas, enojadas. Pasan muchísimo tiempo quejándose, siendo pesimistas, saboteándose a sí mismas. Jesús básicamente les dice a Marta y a María que dejen de discutir inútilmente, que dejen de discutir y que se concentren en lo que realmente importa. Rompan el ciclo de caer en la espiral del desastre.

Si dentro de un año no importa, probablemente no sea algo por lo que debamos preocuparnos demasiado. Supérenlo y avancen hacia donde el Señor quiere que estemos. María nos muestra cómo ir donde Dios mismo nos alimenta. Él es la única fuente que nos lleva a la vida abundante. Dice: «María ha escogido la mejor parte». Y así es. María, que no se centra en las tareas como Marta, contempla al Señor aferrándose a cada palabra suya. Aparentemente, Jesús deja claro lo que es necesario y, pase lo que pase, debemos elegir con sabiduría. Marta aprendió a las malas, cumplió con su tarea, pero en cambio, la ira, el resentimiento y la angustia crecieron en su corazón; están muy lejos del lugar que María disfrutó y donde Dios nos llama a estar. A veces en la vida simplemente tenemos que dejar que las personas resuelvan las cosas por sí mismas, por sus propios errores.

María hizo precisamente eso con su hermana. Debemos dejarlas ser, dejar que se enojen, dejar que luchen con lo que llevan dentro. Sí, debemos cumplir con nuestro trabajo, debemos cumplir con nuestras responsabilidades, pero siempre debemos mantener bajo control nuestro amor por el Señor y, a veces, encontrarnos envueltos en su amorosa presencia para equilibrar estar en el mundo con no ser parte de él. Es muy fácil dejarse absorber por las cosas equivocadas, en el momento, pero es la realidad de nuestra condición humana.

La pobre Marta nos enseña una gran lección: nuestras tareas no son redentoras, pero estar cerca del Señor con nuestros problemas es el mejor lugar donde estar, y está bien dedicarnos a ellas siempre que lo hagamos. En lugar de quejarse, confíesense; en lugar de guardar rencor, confíesense; en lugar de ser divisivos, confíesense; en lugar de faltar a la caridad, confíesense.

Veis que el remedio está siempre sentado al lado del Señor, como María que ha escogido la mejor parte, está en paz a su lado, ya no le preocupa lo que no importa, sólo las palabras de Jesús que son palabras de vida eterna y son las que realmente importan.

Padre Michael

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